martes, 20 de diciembre de 2011

¡No! ¡Me he resfriado! ¿Y ahora que hago?

¡¡Hola a tod@s!!

Escribo desde Génova, donde estoy cantando la Bohème de Puccini. Es la primera vez que canto en este teatro, el estreno fue realmente bien y eso que pusieron a prueba mi vértigo subiéndome a un caballo volador que cruza la escena. ¡Una entrada espectacular, desde luego! 
Llegué el dia 5 de diciembre y hemos tenido un tiempo deliciosamente primaveral, con mucho sol y buena temperatura, pero a partir del día del general se levantó un viento muy incómodo y los días han ido a peor. Ya hace frío de verdad.

Y me he resfriado. Tengo que volver a cantar pasado mañana.

Una vez más hay que poner en práctica las rutinas de curación, de las cuales, la más importante es meterse rápidamente en la cama y quedarse allí.
Pero vayamos por partes. Aparte de estudiar y cantar, un cantante debe saber reconocer qué situaciones lo ponen en peligro de resfriarse: no llevar la ropa adecuada a la temperatura que tengamos,  no saber huir de las corrientes de aire... Conviene tomar nota mentalmente de qué fue lo que desencadenó el problema para evitar repetirlo.
También es muy útil "escucharse" para intentar reaccionar ante las alarmas que da el cuerpo y poner remedio antes de que la cosa vaya a mayores. Por ejemplo: yo no estornudo nunca. Pero he observado que si en un día estornudo mas de tres veces es que algo está viniendo. Ojo, que no soy obsesiva; uno o dos estornudos no quieren decir nada, pero si la cosa va más allá, invariablemente quiere decir que estoy empezando un proceso catarral. Inmediatamente me meto en la cama y paso el día allí. Si empiezo a tener mucosidad excesiva, empiezo con paracetamol, bebo mucho y no me levanto ni para comer. Por supuesto, ¡guardar silencio es una medicina mas! 
Normalmente, este sistema me corta en seco los resfriados a veces incluso habiendo tenido algo de fiebre. En dos días estoy como nueva. Si estoy ensayando y el teatro no respeta esta cuestión y me obliga a ir a ensayar, la cosa empeora rápidamente. Es sorprendente que algunos teatros sean totalmente insensibles a esta cuestión y pongan en riesgo la prestación del cantante, pero eso es lo que hay.
Hay veces que la marcha de un resfriado es fulminante. Por la mañana estás bien y por la tarde tienes una tos que no sabes de donde ha salido. Lo mismo: cama. Si podéis, lo mejor es consultar un médico, toser es lo más peligroso que hay para las cuerdas y para nosotros es prioridad absoluta eliminarla cuanto antes. A un médico de familia que no haya tratado con cantantes, quizás debáis explicarle que los golpes de la tos en las cuerdas durante demasiado tiempo provocan la debilidad de la musculatura y afonía. Lo ideal es contar rápidamente con un especialista, él sabrá que hacer. Consultad al que más experiencia tenga con cantantes, eso es siempre una garantía para vosotros. Así que solo nos levantaremos de la cama para ir a su consulta. Y otra cosa súper-importante: una vez que estemos sanos de nuevo es conveniente volver al otorrino para que os "conozca" en salud. Algunos profesionales no pueden diagnosticar ciertas patologías porque no pueden saber si lo que ven en nosotros es normal o no. 
Hace algunos años, tuve un catarro en pleno julio estando de  vacaciones. Como tenía un par de meses de colchón, dejé que la tos se fuera por si misma y hablé durante un par de semanas a pesar de la ronquera; hablé como si no estuviera ronca, forzando la voz para ser oída como si no tuviera afonía. Cuando me puse a trabajar después del periodo vacacional, aunque había recobrado la voz, ésta no sonaba como siempre. Mi sonido cristalino se había esfumado, ahora había un poco de aire en la voz. Estaba ensayando La Finta Giardiniera en Montpellier, y aunque podía cantar perfectamente, para mi ese cambio en mi sonido fue una señal de alarma. Visité allí mismo al otorrino que me recomendó el teatro, y a una foniatra. Ninguno de los dos me supo decir que pasaba. Las cuerdas estaban bien, no había mucosidad, ni rojeces por ningún lado. La foniatra me dijo que se veía cierta tensión en el cierre de las cuerdas pero que como era la primera vez que me veía, no sabía si eso era normal en mi. Cancelé.  Y me fui a Viena a que me viera el Dr. Kürsten. Este médico es el que más cantantes ve al año. Es el médico de la Staatsoper. Me vio y me explicó que al haber estado hablando a pesar de la afonía, mis músculos habían obligado a las cuerdas a cerrarse por la fuerza y que seguían haciéndolo. Me recomendó una pequeña reeducación vocal; vocalizar con ejercicios muy sencillos y en una zona cómoda de la voz durante cinco minutos y descansar quince. Volver a vocalizar cinco minutos y volver a descansar quince. Dos veces al día. Me llevó tiempo, pero me recuperé completamente. Y volví a Viena a cantar y fui a verle. No me pasaba nada, pero quería que me viera estando sana. Y me enseñó a reconocer mi salud: mis cuerdas son blancas blanquísimas, cierran de arriba a abajo perfectamente y mi mucosa es totalmente transparente. Me pareció una información importantísima, porque ahora, cuando me ve un médico al que no conozco, yo también puedo opinar sobre lo que vemos.

¡Estas cuerdas NO son mías!
Bueno, volviendo al tema, hemos dicho que es muy importante meterse en la cama, beber mucho y callar.
Algunos remedios caseros interesantes: 
Té de gengibre para la afonía
Comprad una raíz de gengibre, peladla y ralladla o cortadla muy fina y ponedla a hervir. Cuando se haya ablandado, dejadla en infusión. Cuanto mas tiempo repose, mas picante se volverá, ojo. Bebedla lo mas calentita que podáis. Repetid durante todo el día.
Vahos. (Yo los detesto, pero son efectivos)
Hervid tomillo y respirad los vapores con una toalla sobre la cabeza.
La cura del aceite de oliva virgen
Esta me la dijo el Dr. Kürsten: Tomad papel higiénico, dos cuadraditos seguidos. Dobladlo por la linea de puntos y luego por la mitad formando un rectángulo. Cortad un trozo de plástico de una bolsa del mismo tamaño que el papel y buscad un pañuelo que os podáis anudar al cuello. Sobre el papel poned un chorrito de aceite de oliva virgen y os lo colocáis en el cuello a la altura de la laringe (mas o menos en el medio) después poned el trozo de plástico y luego el pañuelo. Dadle una vuelta en el cuello y atadlo por delante. Llevadlo todo el día, lo cambiáis por la tarde y si podéis dormir con eso al cuello, volved a renovar el aceite antes de dormir. Es mágico.

Debuté en Génova el dia 17.  Canto de nuevo el 22 y el 23. El 18 por la tarde empecé a toser y a sentir la garganta áspera. "Algo está viniendo y muy aprisa" , me dije. Esa noche ya me dolía la garganta y mi voz se había bajado, empezando a sonar como digo yo, como un caballero cazallero y trasnochador. Tomé un antiinflamatorio y un paracetamol de 1 gramo y llamé a mi otorrino de cabecera, el doctor José de León de Las Palmas. Le conté la situación profesional y mis sintomas y me mandó un par de medicamentos. Como era tarde y domingo, pasé de buscar farmacia con el frío que hacía y me fui a dormir. 
Mi historia personal siempre es igual. Si se me baja la voz, suelo hacer una traqueítis, así que para prevenirlo, en un caso como este en el que he de cantar de nuevo en un par de días, mi médico me suele recetar un antibiótico. Así que mucolítico, reposo, antibiótico, antiinflamatorio, líquidos (el te de gengibre) y silencio.
Y así estoy. Ayer empecé con el tratamiento y hoy ya tengo algunos sonidos agudos de vuelta. No he probado la voz, pero a boca cerrada, intento hacer un mini sonido lo mas agudo posible. Ayer no salía ni uno, lo que quiere decir que las cuerdas tienen una montaña de espeso moco encima. Hoy ya va mejor y las flemas se mueven.
No hay que acogotarse, cuando no se puede, no se puede y ya está. En mi caso hay muchas chicas cubriendo la Musetta, asi que si no puedo, no tengo que pincharme nada (cosa que no he hecho jamás) si el teatro presiona.
Os dejo con este enlace interesante de una estroboscopia de un tenor haciendo un glissando, ¡espero que os guste!

http://www.youtube.com/watch?v=6lzYqsknDNQ&feature=player_embedded#!

¡Hasta muy pronto!